Galaxia
Históricamente, las galaxias se
han clasificado de acuerdo a su forma aparente (morfología visual). Una forma
común es la galaxia elíptica que, como lo indica su nombre, tiene el perfil
luminoso de una elipse. Las galaxias espirales tienen forma circular pero con
estructura de brazos curvos envueltos en polvo. Galaxias inusuales se llaman
galaxias irregulares y son, normalmente, el resultado de perturbaciones
provocadas por la atracción gravitacional de galaxias vecinas. Estas
interacciones entre galaxias vecinas, que pueden provocar la fusión de
galaxias, pueden inducir el intenso nacimiento de estrellas. Finalmente,
tenemos las galaxias pequeñas, que carecen de una estructura coherente y
también se las llama galaxias irregulares.
Según estudios publicados en
2016, se estima que existen al menos 2 billones de galaxias (dos millones de
millones) en el universo observable, esto es, diez veces más de lo que se creía
anteriormente. La mayoría de las galaxias tienen un diámetro entre cien y cien
mil parsecs y están usualmente separadas por distancias del orden de un millón
de parsecs.
El espacio intergaláctico está
compuesto por un tenue gas cuya densidad media no supera un átomo por metro cúbico.
Muchas de las galaxias están dispuestas en una jerarquía de agregados, llamados
cúmulos, que a su vez pueden formar agregados más grandes, llamados supe
cúmulos. Estas estructuras mayores están dispuestas en hojas o en filamentos
rodeados de inmensas zonas de vacío en el universo.
Se especula que la materia oscura
constituye el 90 % de la masa en la mayoría de las galaxias. Sin embargo, la
naturaleza de este componente no está demostrada, y de momento aparece solo
como un recurso teórico para sustentar la estabilidad observada en las
galaxias.
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